Olga (Diario de un milusos en Canada III)

Dos dias despues de no estar chambeando en la pintada de casas, recibo una llamada de un compa para informarme de una oportunidad de trabajo muy buena (dizque) y para 30 personas. La chamba consistia en limpiar los cuartos de estudiantes de una universidad (creo que Victoria) durante el verano.

Habia que trabajar de 7 a 7 y la paga era 8 dollares la hora de lunes a viernes y el que quisiera podia trabajar los sabados y domingos por 9 dollares la hora de 8 a 4 de la tarde.

Pudiera pensarse que era una chamba facil porque los habitantes de esos cuartos son estudiantes de Universidad, pero despues de ver la condicion en la que estos cerdos dejaron los apartamentos, quedaba en duda la especie a la que pertenecian.

Habia que lavar todo, baños, cocinas, pulir y encerar pisos, lavar alfombras, pintar donde se necesitaba (es decir todo) y demas cosas para que la siguiente generacion de porcinos, digo, pupilos estuvieran agusto.

Hasta aqui todo bien. Eramos tantas personas trabajando que dificilmente teniamos contacto con la supervisora Olga.

La siguiente chamba con esta ruca fue en un lugar del que no recuerdo el nombre, pero si recuerdo que estaba hasta el fundillo del diablo. Por esta razon, la supervidora pasaba a recogernos (sin albur, culeros) en la ultima estacion del "subway" o metro dirian mis compatriotas capitalinos, para de ahi llevarnos como ganado en la parte trasera de una pick up hasta la fabrica donde teniamos que limpiar hasta la parte de abajo de las patas de las sillas. El camino era bastante emocionante ya que debido a que la vieja manejaba como minibusero de la ruta 646, teniamos que cuidarnos de que no nos golpearan los trapeadores , cubetas y demas productos que nos hacian compañia en el largo camino.

El segundo dia del viaje, unos compas se les ocurrio llegar 15 minutos tarde al punto de recoleccion y ahi le salio el cobre a la tal Olga. Se puso como energumena y les empezo a lanzar una cantidad de insultos que un cargador del mercado de abastos se hubiera quedado boquiabierto. La hijaeputa los llamo, tercermundistas irresponsables, huevones, boludos y los culpo del retraso economico/social/cultural/politico de toda latinoamerica con el clasico "por eso estan sus paises como estan" sic.

Todo era cuestion de tiempo para que Olga tuviera un desplante de esos conmigo. Una semana despues, resulta que la muy estupida me cita en una gasolinera a las 5:45 de la mañana para llevarme a otra chamba que tambien, para variar, quedaba hasta la rabadilla de satanas. Yo, que no soy nada pendejo, tenia mi mapa de Toronto y del TTC (rutas de camiones) para planear con anticipacion y no llegar tarde a ninguna de mis citas laborales, y despues de ver la reaccion de la puta vieja, pues queria evitar cualquier tipo de confrontacion.

A las 5 y media ya habia llegado a la gasolinera y me sorprendio no ver la camioneta de Olga, algo muy extraño porque siempre llegaba antes que todos. Se dieron las 5:45 y decidi marcarle al celular.
-Buenos dias, ya estoy listo aqui en la gasolinera.
-Donde que no te veo? Tengo aqui 25 minutos y no llegas.
-Pues yo aqui estoy y no te veo, estoy en el telefono publico en la calle Sheppard, frente a la gasolinera.
-Que decis? Si yo estoy en Steeles, que haces alla?
-Pues aqui me citaste.
-Voy para alla, que no vamos a alcanzar a llegar.

Me cuelga la hija de puta y en 5 minutos se aparece derrapando llanta a la entrada de la gasolinera. Me subo a la cabina de la camioneta, saludo muy amablemente como es mi costumbre, y empieza la pinche vieja a quererme tratar como a los otros pendejos.

-Pero sos un boludo, si yo te dije que nos veiamos alla, porque no pones atencion? Ya me hiciste perder 15 minutos...

-Mira Olga, antes que nada, no me levantes la voz, ni me insultes que yo no soy como los demas trabajadores que tienes a tu cargo, si vas a querer respeto de mi parte vas a tener que ganartelo. Y, ademas tu me citaste aqui, no me quieras culpar de tus errores.

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La vieja no podia creer lo que habia escuchado y se quedo trabada, creo que nunca nadie le habia hablado asi, y tampoco lo esperaba ya que se quedo muda por unos segundos y cuando volvio en si, tartamudeaba...juar, juar, juar. Nada mas de acordarme de la cara de la puta vieja.

No tuve ninguna queja de esta vieja durante los siguientes 3 meses, hasta que debido a mi chingoneria, la compañia para la que trabajo actualmente me pirateo, o mas bien dicho, me salvo de las garras de la Columbia Cleaning Co. y su monstruosupervisora Olga... pero ya contare eso en otro de los capitulos del diario...



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